COEXISTENCIA
COEXISTENCE
El ser humano es un ser social y al mismo tiempo un ser aislado. Parecería una contradicción, pero no lo es. Nuestra individualidad a secas y nuestra necesidad social resultan inseparables. Por lo tanto hay que compartir la existencia.
¿La existencia se comparte?
Vivimos solos en una inmensa dualidad. Vivimos solos y con los otros. No podemos aislarnos de un entorno que incluye a otros seres humanos. Nada nos libra de dividir, de dividirnos, de desaislarnos si es que esa palabra existe. Y en ese cohabitar andamos. Salirnos del yo para entrar en el nosotros, de manera constante y repetida. En un ejercicio del que ya ni siquiera tenemos conciencia. Hasta que en esa órbita de planetas, de manera inevitable, se produce un choque, un roce, una alteración de la ruta trazada. Un colapso de la mente en el cuerpo. Un estallido. Porque no podemos impunemente, transgredir nuestras fronteras sin pagar peaje, sin dejar algo a cambio. Un ejercicio de tomar y ceder, un juego en el que medimos fuerzas y creamos estrategias con tal de no perder terreno. A cambio de coexistir. De seguir viviendo. De continuar ocupando un espacio compartido, que no es nuestro tampoco, ni de nadie.
Escuché una vez que la inteligencia tiene que ver con el amor, y que para conseguir ser humano, hay que crecer humano entre humanos.
Quizás el líquido vital que nos permita fluir en la coexistencia, sea el amor. Quizás sea el amor lo que nos adhiere libremente y nos da un espacio propio. Sin amor, sin el líquido vital, chocamos unos con otros produciendo fricciones que llevan a desintegrarnos.
SARA: “Yo…pensé de verdad que esta vez sí, que esta vez podía ser. Pensé que la vida me había dado la oportunidad…”
FEDERICO: “C’est une coexistence difficile… es difícil la convivencia. Las rupturas suenan como una vieja canción francesa”**
Y me acordé de Jacques Brel**”Coexistence” de Ignasi Vidal